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tantos frutos de la Misa y no esmerarse por cumplir siempre, es una falsa religión. Si marido y mujer asisten juntos a la celebración, sin duda reciben impactos positivos para que cada uno ame y cuide del otro como el tesoro de su vida. Brotará espontáneamente el respeto del varón a la mujer y de la mujer hacia el marido. Respeto amoroso, que admite discrepancias pero no rupturas. Somos testigos de que el matrimonio no se respeta, que muchísimas parejas ni siquiera se casan civilmente, porque dudan y no quieren obligarse a afrontar el emparejamiento de por vida. Y menos aún hay matrimonios ante la iglesia porque lo religioso les resbala, o porque obstaculiza las posibles separaciones... Admitamos, con todo, que hay aún muchos jóvenes con ideales magníficos hacia su pareja y no la privan ni de los derechos civiles ni de las gracias sacramentales. Quieren ser algo parecidos a María y José. III. Luc. 2,41-52. Jesús niño quiso parecerse a los demás humanos, menos en el pecado. ¿Fue pecado el quedarse en el templo escuchando y enterándose de cosas serias junto a los mayores? Cuando yo era niño me encantaba estar cerca de los mayores e incluso ayudar con alguna palabra de escuela, la expresión lógica de las conversaciones. Por alguna razón mi madre siempre me tenía cerca de la ella en rezos y misas y catecismo. María llama a José padre de Jesús. Total que Jesús se volvió con ellos a Nazaret y se portaba normalmente creciendo, aprendiendo y siendo bueno con todos. Seguramente fuimos así nosotros y nos encantan los niños y niñas que saber tener personalidad responsable. 271

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