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VALORES. El patrón oro fue el valor supremo en el comercio y aún hoy, cuando parece que los papeles se pueden devaluar, se ofrecen fuertes sumas por el oro. Compro oro, pago más que nadie. El canto a los padres, en la primera lectura, es una lección moral social y religiosa. Los valores de la sociedad coinciden siempre con los valores religiosos, si es que se sabe lo que son valores. Todo dirigente quiere o dice que quiere ayudar a la familia, a los estudiantes, a los productores de bienes, a los enseñantes. Así se denominan los que deben ser educadores. Aunque la educación para ser tal tiene que buscar la liberación de todo lo que es falso. Y es falso el demasiado respeto a los inmaduros hijos, que les lleva a la rebeldía, a la deseducación y al delito. Estos sucesos tristísimos de adolescentes metidos en el frenesí de festivales alucinantes, producen llantos hipócritas. La permisividad no es libertad. Todavía pesan las palabras Padre y Madre. Si se tienen en cuenta las recomendaciones y promesas que expresa la primera lectura, seguramente le sociedad tendría respeto a las propias palabras. Las rebajas en la atención a los hijos, la tolerancia con las flojeras en los estudios, la ausencia de oración y culto religioso practicado por los padres, dan origen al ateísmo práctico de la actual juventud. II.Colo. 3, 12-21 San Pablo recomienda los mismos valores, pero en grado más alto, porque sus seguidores son cristianos. Por tanto el amor debe ser cristiano, hasta el sacrificio, saturado de oración y fortalecido por la Eucaristía que debe celebrarse en plan familiar. Observando el panorama de nuestras misas se advierten muy pocas parejas, y con hijos o gente menudo casi cero. Pretender 270
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