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doy y no sierva: ámala como Cristo amó a su Iglesia", dice el formulario del casamiento ante la iglesia. San Pablo argumentó que el amor conyugal es un misterio pues que hace referencia a Cristo y a la Iglesia. En la Biblia este asunto es tratado con mucha melancolía, porque hay esterilidades, infidelidades y atrocidades. El varón es tan exaltado que la mujer es una auxiliar, que puede tenerse en grupo, y puede desecharse por razones personales. Jesús acomete la redención de la mujer cuando, a los hipócritas que quieren lapidar a una adúltera, les invita a buscar en su mente los pensamientos adulterinos que los invaden, seguramente. La sociedad ha buscado un modo de proteger a la mujer débil exigiendo al varón respeto. Pero esto es palabrería, porque no hay raíz interior. Hacer leyes sin sostenerse en motivos transcendentales, es arar en el mar. Es muy probable que los legisladores adolezcan de problemas conyugales y de todos los complementos. Legislan para ofrecer una legalidad a los auxilios a la mujer, pero el terrible mal del que está muriendo cada pareja es imposible curarlo sin no hay una transcendencia. Por eso Pablo, que es testigo del zafarrancho sensual que se cultiva en la sociedad, apela a un argumente muy superior como es el de que los esposos representan a la Iglesia, que se considera el hogar de todos os creyentes. III. Juan 6, 60-69 Crisis de fe. Todo lo que Jesús enseñaba y proponía tuvo un rechazo absoluto de los fariseos (los santos oficiales) y de los maestros escribas. Jesús era un rompedor de ritos y mitos. Maravilloso era mantener a Moisés como Legislador y Padre de la patria, pero no era ya posible seguir sometidos a leyes 224

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