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grabados a fuego en la memoria y acariciados como regalos preciosos en el corazón. Las casas eran como sinagogas donde se comentaban los logros de los curanderos y las capacidades de los maestros. Hoy la sabiduría, o sea, el sentido del vivir se pretende ofrecer en aulas laicas y científicas cargadas de conocimientos de laboratorio. O bien imbuidas en las llamadas filosofias modernas. Gran progreso, mas con bastante intranscendencia. Ahí está el detalle: por la intranscendencia se rompen todos los artículos de barro y cerámica. ¿Qué padres son maestros de sus hijos? Y si hablamos de modelos pues preguntamos lo mismo. Quienes vemos a los robots asomarse a las estrellas donde está Dios, pero sin verlo, no se aprecia mucho el pretender verlo en los asuntos de cada día. II. Efesios 5, 15-20. Vio san Pablo que los cnstrnnos de sus grupos se entibiaban, recaían en los vicios de siempre. Y les propuso la única fórmula que, como de fe en lo divino, le había liberado a él de sus maldades. Traía la piedad hebrea basada en salmos y lecturas y sacrificios de animales. Pero la había sublimado con el sacerdocio de Jesús. Y por eso encarece la celebración de la Acción de gracias, eucaristía en lengua griega, misa en nutro idioma. El misterio de la Eucaristía le ha capturado porque ahí está El crucificado y resucitado. Y por eso no es extraño que condene sin paliativos a los que se atreven a ir a la celebración de la Comunidad Eucarística borrachos, y descentrados, que no distinguen el Cuerpo del Señor. Es un aviso para nosotros, porque no es dificil que abusemos de las facilidades que nos dan. 221