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une a todos los Pueblos. Es el parentesco que nos regala Dios, haciéndonos hijos y herederos. Cristo nos lo proclama: Mi Padre es vuestro Padre, Dios es mío y vuestro. Estas son verdades que nos apacientan, que nos mantienen robustos, porque son tan enormes que viviéndolas en Fe nos hacen sentir salvados. El Espíritu del Padre y del Hijo, es quien nos llama a leer y releer el mensaje pastoral de Jesús. Y el que nos arrastra a alimentarnos de sus palabras y de sus sacramentos. Estos medios los mantiene, cuida y ofrece la Iglesia por medio de sus pastores. Este acto litúrgico que estamos produciendo, significa que creemos en la Iglesia. Aunque sabemos que muchos pastores son débiles y a veces escandalizan. Dichoso quien no se escandaliza del propio Jesús, cuando se manifiesta infinitamente misericordioso. Y dichosos los que sostienen su fe a pesar de lo que se dice que hacen y hacen en realidad los Pastores. Por un lado la debilidad y por otro lado las tentaciones que provocan los infinitos demonios que rodean a los Pastores,· hacen que éstos hagan y digan lo que en su alma no quisieran. III. Marc. 6, 30-34 Jesús fue buscando por las gentes de tal modo que decía: estas gentes andan como ovejas sin Pastor. Y premió siempre la constancia de los necesitados con el milagro oportuno. No se busca siempre el bien material, digamos los panes y pescados, sino la comprensión, el encuentro, el perdón. Seguramente Uds. y yo estamos en esta celebración anhelando la Paz de Cristo. Queriendo perseverar, queriendo creer, queriendo entender la Palabras y gozar de la Eucaristía. Se supone que nos sobreponemos a las malas noticias sobre los pastores que han cometido abusos con menores, o no han sido cuidadosos en sus doctrinas o en sus virtudes. 213
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