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como Apóstol agregado: que no se olvidara de los pobres de aquella Iglesia. Los cristianos de Jerusalén, entusiasmados por Jesús, a quien esperaban de vuelta enseguida, se quedaron sin bienes. Y fue especialmente Pablo el que inició la costumbre de hacer Colectas. En esta ocasión razona a los Corintios, que ya que son ricos, ayuden, que por eso no van a empobrecer, porque al corazón generoso lo bendice el Señor. Y que si los corintios un día sufriesen necesidad, no les faltaría la ayuda necesaria. Entre Uds. Las Colectas son pan de cada día y por eso con sus pequeñas aportaciones se redimen infinidad de necesidades en esta Ciudad. No hace falta insistir en el tema. III. Marc. 5, 21-43. Unas veces pan, otras peces, y otras la misma vida. Para la jovencita muerta, Jesús pone la limosna de la vida. A la niña resucitada, que al principio infunde terror a las que la lloraban muerta, Jesús manda alimentarla. Misteriosa muerte en una adolescente. Hoy diría alguien que sufría de Anorexia. Y la otra limosna de Jesús es curar a una mujer que sufría por tantos años. Nosotros recibimos curaciones a cada momento. Y estamos aquí un día y otro porque tenemos la FE que el mismo Señor nos regala. No se tiene FE en alguien, si ese Alguien no nos la infunde por una misteriosa donación. Somos testigos de la FE: tenemos el Don fundamental, pues la fe da Jesús aporta a la vida de sus contemporáneos el milagro oportuno. Una vez da razón de lo que se espera. *** 204

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