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III. Juan 15,1-8. - En el Evangelio emplea Jesús la comparación de la Vid y el sarmiento. Una vid sin sarmientos es una inutilidad. Y un sarmiento desgajado de la vid solo sirve para ser desechado. Lo entendemos sin dificultad porque estamos en tierra de vino. Y entrando en la interpretación profunda significa nada menos que no podemos presumir de salvación si estamos cultivando un YO sin compromiso, o somos un sarmiento muerto. Ambas maneras de ser son equivocadas. No nacimos para ser ajenos al bien común, desgajados del prójimo. El individualismo nunca es salvador. Pero hay que admitir que uno tiene derecho a ponerse en primer lugar cuando cultiva la fe. Amándose así mismo se crea la medida del amor debido al prójimo. *** Domingo VI B de Pascua, 2009: 17 de Mayo. I. Hechos, 10, 25-26.34-35.44-48. La Iglesia se abre a los gentiles, o sea a los no judíos. Para ello suceden cosas llamativas: La primera que Pedro, que anda evangelizando por la zona que hoy se llama de GAZA, causando impresión en los no judíos, descubre mediante una visión que así como no hay animales inmundos, tampoco puede haber personas desechadas por Dios. Y alguien, que se le llama Ángel, va a casa del centurión romano, y le dice que tiene oportunidad de salvarse... Y el Centurión llama a Pedro y Pedro entiende que el gran Gentil romano es una de las criaturas que los judíos consideraban inmundas por no ser circuncidados. Y que debe ser admitido en la Iglesia sin dilación, y el Centurión y su Familia son bautizados y reciben al Espíritu Santo. Y con esto la 188

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