BCCCAP00000000000000000001357

II. 1ª Juan 5, 1-6 San Juan asegura que el amor a Dios se manifiesta en el amor a su enviado Jesús. Así como el amor a Jesús se demuestra guardando los Mandamientos, porque esto es señal de victoria sobre el Diablo. Esta guarda de los Mandamientos debe tener como testimonio al prójimo. Y el amor a Dios en Jesús se manifiesta de verdad cuando el prójimo es testigo y receptor. Las meras palabras son traidoras y a la larga se descubren. En un lugar aseguró un vecino que había contribuido a la reconstrucción del templo en su casi totalidad. Y el cura lo desmintió porque no había dado nada. El cultivo de la santidad fue la tarea de los israelitas. Y es la tarea de los nuevos israelitas que somos los cristianos... Las personas sencillas, que ocupamos los lugares de culto, socialmente parecemos tipos sin peso específico, Pero en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. Esta afirmación nos convierte en los seres más sobresalientes de la humanidad. Muchas veces no lo sabemos, o lo olvidamos, o lo guardamos en el fondo del arca, como el gitano que guardaba la bula en lo profundo de su baúl. Nuestro milagro íntimo hemos de manifestarlo a cada momento, porque en todo momento tenemos la llamada de Dios mediante las asistencias de ideas, imaginaciones, propósitos y planes de hacer bien nuestras tareas. Eso es ser santos. III. Juan 20, 19-31. El Evangelio tiene dos ideas centrales: que Jesús enseña sus heridas a Tomás, logrando que este crea en su resurrección. Y que quienes no tendremos la visión de su humanidad resucitada, podemos merecer el calificativo de creyentes. A los que creen sin discutir, se les dice que 182

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz