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planificada de acuerdo entre Dios y el Demonio, se sometió y dijo aquellas famosas palabras: "Dios me lo dio, Dios me lo quitó, bendito sea su santo nombre". Solución que lo mismo es fatalista, que llena de fe en la bondad de Dios. De la experiencia de Job y de todos los desventurados salió aquella otra frase atribuida a Dios:"Mis caminos no son vuestros caminos ni mi pensamiento es como el vuestro". De esos lenguajes salió la idea de que Dios tiene muchas veces señalados los destinos sin contar con el sujeto. Y eso es muy peligroso. Porque igual se le pueden atribuir los buenos resultados, como las desgracias más injustas. Para cambiar esa idea vino su Hijo al mundo y vivió la experiencia de someterse a una voluntad del Padre que su ser no quería. Jesús se sometió cuando le fue aclarado que su muerte serviría para animar a cuantos padecerán justa o injustamente pero cuyo sacrificio será fructífero. Jesús vio la Luz antes que la cruz. Y eso sería para nosotros una gran noticia. Y Jesús nos la da prometiéndonos una vida que nunca acabará. II. lªCor. 9, 16-19. 22-23 San Pablo se considera pagado con el encargo que le ha hecho Jesús de predicarlo a gentiles y judíos. No es que le guste, es que se siente transformado por el encargo: ser catequista, resonador del nombre de Jesús, revelador de la doctrina de Jesús, confesador de la divinidad de Jesús, argumentador de la obra redentora mediante la cruz y la resurrección de Jesús. Eso es lo que hemos sentido los ministros en muchas épocas de la vida y ojala que no lo minusvaloremos en la etapa final. Los bienes del Evangelio son el mismo Jesús y sus circunstancias. Por nuestro y vuestro medio hay ciegos que ven, cojos que andan, enfermos que se 159

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