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y tiene metas superiores tiene algún derecho a llamar y ser llamado. El misterio del amor y de la vocación es demasiado profundo, para que cualquiera se meta a casarse o hacerse monje o voluntario. En el caso de los elegidos había garantía total de que se iba a una Misión muy difícil aunque no imposible. Cuando un mandamás elige a un soldado o a un profesional para una misión difícil, hay quien lo toma a orgullo y distinción. Contar con uno es casi maravilloso. También puede ser abusivo. Pero Jesús no abusaba de unos pobres hombres sino que sabía sus valores. Y cuando nos acontezca a nosotros algún encargo, midamos la importancia que tiene para uno mismo y luego para otros. Porque el amor al prójimo se mide por la estima que tenga de su prójimo absoluto que es uno mismo. El hecho es que Jesús funda el llamado Colegio apostólico. Y los elegidos se van con él con la seguridad de que Jesús les llama para algo muy grande, que es vivir y anunciar el reino de Dios. **** Domingo IV B, 29- Enero-2012 I. Deuter. 18,15-20 Delegados de la Palabra. Cumplen el encargo que hizo Dios a Moisés. Es el encargo de profetizar, de afirmar la Verdad y de no aventurarse a asegurar cosas que o son falsas o desconocidas. Somos aficionados a dar palabra de tal o cual cosa, sin estar seguros de la verdad. Y esto, según el mismo Dios, lleva a la muerte. El Profeta más excelente es Jesús, porque a la vez que habla en nombre de su Padre, siendo su Palabra, también habla como delegado para nosotros. Jesús, es pues, Delegado, 156