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ciudadano, bendecir el amor cuando llegue, y alegramos del bienestar que produce la sociedad y la familia. El Cuerpo Social y el Cuerpo místico, son templos de Dios, pues se componen de infinitos templos individuales. El mundo es el más maravilloso templo. Por eso la propia ecología debe ser cultivadora de Fe en Dios. Todo el universo se consagra cada vez que se consagra el pan para la eucaristía. III. Juan 1, 35-42 El Evangelio se recrea hablando de aquellos privilegiados a quienes Juan dijo: Este, Jesús, es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Son Andrés y Juan los primeros que oyen decir lo que más tarde repetirá Jesús: perdonad los pecados del mundo. Y es que el oficio de los apóstoles y sucesores es animar al mundo a dejar el pecado, a eliminarlo, Los dos se van tras Jesús y éste, intrigado o cariñoso les pregunta: ¿qué buscáis? Y los invitó a pasar la tarde con él. Es de suponer que les desarrolló el tema de su misión: quitar los pecados del mundo. Esa: misión se hace esencial en el oficio sacerdotal. Y se hace esencial en quienes tenemos, mantenemos, cultivamos o no evitamos el pecado del mundo. Juan concreta más tarde que el pecado del mundo es la Insaciabilidad de los ojos, la Concupiscencia de la carne y la Soberbia de la vida, o sea las dictaduras. Esa presunción de algunos de redimir al mundo tomándolo en sus puños y privándole de la libertad, es prometer todo a quienes se ponen de rodillas. Lo estamos viendo y durará por los siglos de los siglos. Porque si a vino nuevo odres nuevos a vino viejo odres viejos. Y dice san Pablo que solo Jesús libera del hombre viejo y reviste de condición nueva. El milagro 153

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