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siglos. Los cristianos tenemos el Profeta, el Rey, La Palabra de la paz: todo lo que nos dice Jesús se lo dicta Dios Padre. Y a su vez desde Jesús nos lo inspira el Espíritu santo. Hoy es día de fe en Jesús rey de paz. Los tiempos nuevos que crea Dios en Jesús, son los nuestros: cada día es un tiempo nuevo. Cada día hay que hacer esfuerzos nuevos de paz. Al menos de paz personal, que luego ya ampliaremos el círculo de la paz. III.Jual, 1-18 El párrafo del Evangelio de paz es el más importante que se ha escrito en la historia. Porque trae desde el cielo a la Palabra de Dios que se hizo carne y acampó entre nosotros. "Y Hemos contemplado su gloria, la gloria propia del Hijo único del Padre. Lleno de gracia y de Verdad". No han sido capaces los filósofos de llegar hasta el Dios verdadero. Pero nosotros lo palpamos, porque él vino por su propia cuenta, como ejecutor del Plan de Vida. Y esta presencia sencilla junto a Jesús en la conmemoración de su venida, nos hace decir:": hemos visto su gloria, lleno de gracia y de verdad". Jesús es la Gracia de Dios, el regalo del Padre. El que nos hermana. El que nos hace querer a su madre y a san José que nos lo proporcionaron. Sin ellos el Hijo de Dios no hubiera plantado su persona en este mundo. Todos los tesoros del parentesco de Dios están representados y ofrecidos por estos personajes tan sencillos, que tienen por trono uno fardos de paja en una cueva de Belén. Tenemos que quererlos locamente. Y con ellos aceptar los destinos que a veces nos parecen torcidos y luego resultan un acierto absoluto. Gloria a Dios y Paz a las personas de buena voluntad. *** 147

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