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Dice san Pablo que el misterio de Dios y de Cristo se manifiesta en la Sagrada Escritura. Especialmente en el Nuevo Testamento que sentimos como más familiar y más cnstlano. Los católicos sabemos poco y memorizamos menos aún del Nuevo Testamento. Quizá sabemos más del Antiguo, porque los grandes personajes de nuestra Catequesis son los primeros Padres, los Patriarcas, los profetas, y en lugar especialísimo el Templo También pronunciamos muchos salmos, que consideramos la oración perfecta. Porque en ellos están los sentimientos positivos y negativos respecto de Dios. III. Luc. 1, 26-38 A lo dicho sobre el Hijo de David, por el parentesco de José con el antiquísimo y famosísimo rey David, se añade el argumento final: "Ahí tienes a tu prima Isabel que va a ser madre". Se trata de una pariente muy conocida, porque es probable que en los servicios del Templo viera María a Zacarías repetidas veces. La maternidad de Isabel fue el último tramo del camino que se abría para dar paso al Señor. Allanad el camino al Señor. Juan fue quien lo allanó al completo cuando Bautizó a Jesús. Pero fue su madre Isabel la que llevaba en su interior el signo del máximo milagro: era anciana e iba a ser madre. Ante tal argumento, era lógico el Amen de María. Y así es lógico que expresemos nuestra fe diciendo Creo en Dios. *** 145
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