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entrar en el palacio del Pastor eterno. Incluso oirán la palabra peor que puede salir de la boca de un juez: apartaos malditos. Recordemos que en el antiguo Catecismo se decía que peca quien a sí mismo o a otro maldice. Si es Dios quien aplica esa terrible palabra a los malos, tiene que ser porque su Maldad es tremenda. Esa VERDAD SOCIAL es la que tiene que convertimos en reyes, es decir en gentes dignas del amor de Cristo. Por eso cada uno tiene que hacer algo en la vida en pro de los desvalidos. Y seguramente todos nosotros tenemos un mínimo, al menos en esos asuntos. Hoy el reinado social lo cumplen los profesionales, pagados por el estado. Pero la presencia o visita humanitaria es de propia cosecha. No vale que lo hagan los demás. Y este asunto es para interesamos. Las Instituciones de la Iglesia hacen gran papel, Pero casi nunca las tomamos como de responsabilidad propia. Son como oficios de terceros. El, La, Los, Las, son los términos de referencia Sentimos implicados en el quehacer evangélico es muy raro. En casi todos los órdenes somos mayormente usuarios. Invita Jesús a trabajar en la Viña. Siempre hay una hora de llamada, con su promesa de justa retribución. Terminamos un CICLO A esplendoroso en un oficio de Lucemario. Con san Francisco se humaniza la iluminación porque crea Paz y Bien. 135