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alguien se conforme con que este ser querido se haya ido a la nada, porque así lo afirman los que presumen de sabios y entendidos. Dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida y el que pasa por la muerte, vivirá. Esta verdad significa el salto más maravilloso de la humanidad hacia una verdad indescriptible. Esto es conocer el Don de Dios, mediante nuestro salvador Jesucristo. III. Mat. 25, 1-13. Compara Jesús el reino de Dios a un festín al que son invitadas muchas doncellas. Unas lo toman en serio y llevan lámparas y aceite de repuesto. Tienen sentido común. Otras se conforman con emprender el camino sin llevar aceite, y se duermen y se acaba el aceite y se hacen inútiles las lámparas y no vale andar pidiendo a las demás. Y encima el esposo las rechaza, porque una persona descuidada no es digna de entrar en banquete alguno. Si algún pensamiento sacado de la Palabra de Dios o de este comentario nos afecta, cuidémoslo como el mejor aceite para mantener las lámparas de nuestras historias en buen estado. Garanticemos cada día la entrada en el banquete del Cielo. *** Domingo XXXIII, A. 14 de Noviembre de 2011. I. Proverb. 31, 10-13.19-20. 30-31 El canto a la eficacia de la mujer como ama de casa, madre y esposa, lo suscribimos todos. Añadimos esa misma alabanza a las mujeres que se consagran al bien del prójimo en las misiones. En cambio no hoy buena voluntad en atribuirles responsabilidades ministeriales como el diaconado o el sacerdocio. Siendo así que el Culto se sostiene en más de un 90 % en la devoción de 130