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hueso sano al cura del lugar. De esos polvos salen estos lodos. Terminemos estas reflexiones un tanto escandalosas, rezando por nuestra necesidad de ser santos y justos en el círculo estrecho o ancho en que nos desenvolvamos. *** Domingo XXXII A, 7 de Noviembre de 2011. I .Sabid. 6, 12-16. El Saber. El saber no ocupa lugar, decía una sentencia antigua. Hoy el saber es la base de todos los sabores. Porque Saber o tener sabiduría o sapiencia es fundamental. Podríamos traducir el Saber como CULTURA de valores que hace felicidad. En ese sentido se consideran como sabios a los mayores, que suelen acumular conocimientos prácticos y sus juicios como seguros. Hay varios libros santos dedicados a ponderar la Sabiduría. Incluso se la consideró la hija predilecta de Dios, y hasta la inspiradora de sus obras. Todos los seres tienen sabiduría, Saben elegir alimentos, parejas, lugares de refugio. Son naturaleza solamente. Incluso los llamados antropoides o monos que parecen saber tanto, se quedan en lo mismo. Hay una línea que no pueden traspasar, por ejemplo construirse viviendas, cocinar, hacerse vestidos. Su sabiduría es para andar por casa. Pero si nos fijamos en que la sabiduría o saber se manifiesta en el amor, hemos de admitir que las criaturas no racionales viven el amor con una intensidad insuperable, como sucede con sus hijos o crías. Solo el humano es imagen de Dios, porque busca el bien y lo enseña. Es imagen del Creador. Y no halla en las criaturas imagen de sí mismo. Hoy existe un ansia apasionada por saber. Todos queremos ser maestros o al menos amaestrados para vivir lo mejor posible. Y por 128

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