BCCCAP00000000000000000001357
está constantemente en la plaza invitando a ir a su viña. Parece que nosotros hemos llegado a tiempo. Líbrenos Dios de sentirnos con derechos especiales frente a los que llegan más tarde, pero llegan, que es lo importante. Domingo XXVI A, 25 de Septiembre de 2011. I. Ezeq. 18, 25-28 Los juicios sobre Dios nos obsesionan. Mientras nos va bien, ¡pobre de quien diga algo ofensivo contra Dios! Pero cuando nos va mal somos los primeros en ponerle en tela de juicio. Estemos seguros que ni le ofendemos ni le halagamos cuando jugamos con su buen nombre. Cuando Jesús es insultado en la propia cruz, pide a su Padre que les disculpe "porque no saben lo que hacen". Es dificil saber lo que se hace cuando se comete un desliz. La necesidad de desahogarse, la necesidad de vencer, de ser primero o no ser menos que el o la otra, crea impulsos temibles. Por ello notamos que la misma Justicia de este mundo busca la atenuación de los delitos hasta casi la exageración. Ello debe hacer mella en nosotros que con facilidad ofendemos y con dificultad perdonamos. Si es justo castigar al empedernido en su pecado, también es justo perdonarle cuando pide perdón. "Hasta setenta veces siete", dijo Jesús Escandalizarse porque se permite al delincuente reintegrarse en la comunidad es pretender que uno jamás vacilará. Y al que así piensa le dice Jesús:" el que esté sin pecado que arroje la primera piedra". Todo esto lo sabemos y nunca estamos seguros de cumplirlo. 11. Filip. 2, 1-11 San Pablo vivió estos problemas en las comunidades que fundó. Por eso apela al amor que deben tenerle los evangelizados. Por gracia de Dios puedo asegurar que 116
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz