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II. Rom. 9, 1-5 Si leemos algo acerca de la Biblia, hallamos que cristianos y judíos rezamos lo mismo y leemos los mismo textos, completados en los cristianos, con el Nuevo testamento. Quiso San Pablo conquistar ª los judíos y apenas consiguió algo. Siendo cristiano profundísimo, conservó el amor y orgullo de ser judío, y se hubiera dejado matar por su Pueblo como Judío Cristiano. No perdió la esperanza de que algún día su Pueblo aceptaría a Cristo como Mesías. Eso no sucedió aún, pero sí pasa que hay conversiones constantes de judíos. Y en las mismas listas de nuestros santos hay muchos de ascendencia judía. Yo creo que tiene que ser así, porque hace falta el cultivo del Antiguo Testamento que es lo propio de los judíos, como testimonio de los infinitos caminos y medios empleados por el Señor para sacar adelante al Pueblo Testigo de una Revelación tan especial que supera a cualquier otra de las antiguas. Esa revelación, que es toda verdadera, no es del Todo Completa y por eso sale del Pueblo Judío el gran testigo de Dios que es su Hijo Jesucristo. Dijo el Papa Pío XII que los cristianos somos espiritualmente semitas o sea israelitas. Debemos, pues, apoyar al Israel de Dios como ancestro o padre primero de nuestra Fe. Y con ese respeto, escrutar, aspirar y tener la Revelación de Jesucristo. III. Mat. 14, 22-33 Señor, sálvame, dijo Pedro aterrado por la tempestad. Señor, sálvanos, dice el Papa a cada instante y lo repetirá cuando llegue a Madrid dentro de pocos días. Juventud a mares lo rodeará. Y otra juventud numerosa se agitará como mar tormentoso para tragarlos. Cristo 100

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