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6. REPRESENTACIÓN: Las escenas de este Viacrucis están plasmadas en cuadros sucesivos e independientes de 8 x 2.4 centímetros en estudiada aleación tosca de bron– ce con base-marco en madera sin aristas de 50 por 40 cm. y con un espesor de 4 cm.: dureza de los hombres y Bondad de Dios ... Se mueve en una línea de plástica no fotográfica, sino simbólica, a fin de que quien contemple la obra tome parte activa en la interpretación y vivencia ante las figuras. Sitúa a cada uno, con los elementos que se utilizan en la represen– tación como volúmenes, tamaños, primeros planos y luz alógena indivi– dual..., ante la realidad, comprometiendo en el Camino del Encuentro con Él. Hay toda una serie de bajos relieves, estilizados e inacabados, que faci– litan la complementariedad imaginativa de quien contemple los cuadros. In– tenta con ello romper la barrera estética, para introducir la vivencia personal en el Hecho Histórico que reproduce, transformando, a los que siguen el Via– crucis, de espectadores en actores de la Pasión y Resurrección de Cristo. Para ello, juega con la profund~dad de campo y con el claroscuro que genera la colocación de los distintos elementos representativos, pasando de un conglomerado de figuras y marcos de referencia a una simple y única representación de Jesús, en las últimas Estaciones, alcanzando la máxima soledad en la Crucifixión, para resal:ar la entrega suprema de amor en la soledad y abandono. A esto llega también por una progresiva reducción de actores, como por ejemplo a la casi igualdad de las tres cruces, le sucede un perfil mínimo de la cruz de los dos ladrones y un resaltar la Cruz de Cristo, para terminar completamente solo en otra Estación. 7. RECORRIDO: El Viacrucis del Padre Oteiza conduce al encuentro profundo y a la esperanza en la Salvación, por eso concluye con la Resurrección. Presenta, - 13 -