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los hombres de buena voluntad, sobre todo, a los cristianos, dos saludables consejos: 1 .O) Viva usted permanentemente en gracia de Dios. Tenga su billete espiritual siempre en la mano. No se le ocurra esperar a sacarlo cuando el tren de la eternidad está ya en marcha o han dado la señal de salida. Si algún día se le pierde o le roban ese billete, procure sacarlo de nuevo, y cuanto antes, en las oficinas del sacramento de la Penitencia. Si esas oficinas están cerradas o no funcionan por motivos especiales, saque billete provisional en el circuito cerrado de la comunica– ción directa con Dios. Dios no se toma nunca vaca– ciones. Dios siempre está a la escucha. Usted me ha entendido perfectamente que le estoy señalan– do el acto de perfecta contrición. - Con la intención y la obligación de confe– sarse cuando se pueda, ¿no es verdad? - Sí, es verdad. Pero ya casi me parecía ocioso recordarlo, después de tenerlo tan repetido. El 2. 0 ) consejo es éste: Si le sorprende un accidente grave y tiene usted tiempo y conocimien– to para advertir que la muerte está llamando a sus puertas, no deje de hacer el acto de perfecta con– trición, máxime si la conciencia le reprocha algo grave. Clame al Señor, clame a la Virgen Santísima desde lo más hondo de su ser, pidiendo perdón a Jesús Crucificado. Puede utilizar, vocal o mental– mente, éstas o parecidas jaculatorias: «Jesús mío, 97