BCCCAP00000000000000000001351
- Cierto. Yo soy de tu mismo parecer. Y añado más todavía. Pienso que los que se salvan por este medio extraordinario -podemos llamarlo extraofi– cial o de emergencia- son en número mayor que los que se salvan por el medio ordinario de la con– fesión. Para convencerse de esto conviene pensar, no sólo en el gran número de cristianos que mue– ren repentinamente, como en accidentes graves, sin tiempo para recibir la absolución del sacerdote; sino también y sobre todo en el número de hom– bres de otras religiones que, viviendo en ellas de buena fe, se arrepienten también de sus pecados graves por el amor que tienen a Dios y logran así salvarse. - ¿Pero es posible que los que no son cris– tianos sepan hacer actos de perfecta contrición, si nadie les ha enseñado? ~ Pues sí, es posible que sepan hacer actos de perfecta contrición, como saben pedir perdón a su padre o a su madre, cuando sienten que les han faltado. Si saben amar a Dios, si saben y quie– ren agraciarle, ¿por qué no van a saber reconciliarse con El, cuando se dan cuenta de que le han ofen– dido? - Pero es que necesitarían también tener deseo o propósito de confesarse... - Efectivamente. ¿Y quién te ha dicho a tí que no lo tienen? -Pero es que no están ni siquiera bautizados... 80
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz