BCCCAP00000000000000000001351

alguno de estos pecados mortales, entonces ya no puede valernos el arrepentimiento. ¿Porqué? -Sencillamente, porque quedan todavía rotas nuestras relaciones con Dios y el arrepentimiento de los demás pecados no ha podido ser sincero. ¿Qué importa que se reparen o se intenten reparar los ocho o nueve ojos de un puente que tiene diez? Mientras quede alguno averiado, el puente seguirá inservible. - ¿Y por qué no hay obligación de incluir los pecados veniales? - Los pecados veniales no es de necesidad incluirlos, porque no rompen nuestras relaciones con Dios y se pueden perdonar por otros medios. Con todo, siempre es recomendable y provechoso incluirlos también en nuestro arrepentimiento y en nuestra confesión. - Estoy pensando, don Antonio, que, para mejor acordarme de estas cuatro cualidades que debe tener el dolor de los pecados, a saber, sumo, sobrenatural, interno y universal, voy a hacer por acordarme de las cuatro patas de una mesa o de las de un burro o de una vaca... - ¡Hombre! Un poco vulgares me parecen esos puntos de referencia. Sería mejor y más acer– tado que las relacionaras con tus orejas y con tus ojos. Tus orejas están a los lados, a respetable dis– tancia la una de la otra, así como las notas sumo 78

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz