BCCCAP00000000000000000001351
hablaba de este modo, fue corriendo, corriendo (como si fuera un conejo), a esconderse debajo de la cama. Yo ahora os pregunto: «¿A cuál de estos dos hermanitos quisiérais vosotros pareceros, a Justo o a Pastor? - Yo, por lo menos a Justo, que tiene dolor de perfecta contrición, por el amor que tiene a su padre. - Bueno, Juanito, no te lo estaba preguntando a tí. Estaba hablando todavía con los niños del Catecismo. Pero, sí, has elegido bien. Aunque no podemos decir que tenemos dolor de perfecta con– trición por haber ofendido a un hombre, por más que ese hombre sea nuestro padre. Es dolor de perfecta contrición solamente cuando el ofendidc, a quien pedimos perdón, es Dios, nuestro Padre del cielo. Don Remigio representa a Dios y los ni– ños Justo y Pastor nos representan a nosotros, a todos los hombres. - Entonces, ¿no podemos tener dolor de per– fecta contrición de haber ofendido a Jesucristo? Como usted acaba de decir que no podemos tener dolor de perfecta contrición más que de haber ofen– dido a Dios... Yo sé por el Catecismo que Jesucristo es un hombre... - Efectivamente, Jesucristo es un Hombre. Mas, también sabes por el Catecismo que es Dios. Es la segunda Persona de la Santísima Trinidad, unida a la naturaleza humana, que recibió de la 71
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz