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CAPITULO V LA CONTRICION O DOLOR DE LOS PECADOS D. Antonio.-¿Qué tal, Juanito? ¿Repasas tus notas en casa? Juaníto.-Sí, señor. Las repaso y casi me las aprendo de memoria. Así me iré preparando poco a poco para ser el día de mañana catequista. Me gusta mucho ser catequista. Quisiera enseñar el catecismo a todos los niños del mundo. - Lo celebro, lo celebro. Pues vamos ya con nuestra quinta charla o conversación que, como decíamos ayer, debe girar toda en torno a la CON– TRICION o dolor de los pecados. La palabra CON– TRICION viene del latín «conterere», que significa romper, quebrantar. El corazón humano, endure– cido por el pecado, también necesita quebrantarse, necesita reblandecerse. Y, efectivamente, se que– branta, se reblandece mediante la gracia de Dios, que le golpea con insistencia. La CONTRICION o dolor de los pecados puede 57

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