BCCCAP00000000000000000001351
para que sepan lo que hacen y a lo que se com– promenten. - Sí, podrán hacerlo; pero siempre será por alguno de estos dos motivos: o porque tienen muy poca fe o porque tienen muy poco amor a sus hijos. Si es por falta de fe, nada tenemos que objetar, más que lamentar su situación y ayudarles, si buenamente podemos, a robustecer su fe. Si dicen que tienen fe y se niegan a bautizar a sus hijos de pequeños, demuestran que los quieren bien poco. -¿Por qué? - Porque los privan del mayor bien que les pueden hacer, que es comunicarles la filiación divina y convertirlos en templos del Espíritu Santo. Además los dejan en peligro de morir en pecado original. ¿No es esto un duro castigo? - Eso me parece a mí. Pero yo sé de un sacerdote de pueblo (bueno, esto se lo digo a usted confidencialmente) que, en vez de recordar a los padres la obligación que tenían de bautizar a sus hijos, al contrario, se lo desaconsejaba. Y hasta les decía -medio en broma, medio en serio- que, si no bautizaban a su hijo hasta que fuera mayor, les levantaba un monumento. - Sí, no te extrañes. De todo hay en la viña del Señor, Juanito. Pero, gracias a Dios, estos casos tan extremos, hoy por hoy en nuestra patria, creo que se pueden contar con los dedos de la mano. Ellos, esos sacerdotes que así piensan y proceden --Seguro que con la mejor buena voluntad-apelan 46
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz