BCCCAP00000000000000000001351

CAPITULO IV COMO SE RECIBE, COMO SE PIERDE, COMO SE RECUPERA LA GRACIA DE DIOS D. Antonio.-Así me gusta, Juanito; siem– pre puntual. Volvamos al tema de la gracia, que nos quedó ayer sin terminar. D. Juanito.-Me parece muy bien, don An– tonio. Es un tema que me está interesando mucho. Nunca había pensado que la gracia de Dios y, sobre todo, la gracia santificante, podía ence– rrar tantas riquezas y tantas maravillas. - Pues sí. La gracia santificante es la perla fina, es la preciosa margarita del Evangelio, que nos conviene adquirir y conservar, aunque sea a costa de perder todas las cosas de este mundo. Y, por cierto, que tendremos que andar con pies de plomo, porque, como nos dice el apóstol San Pablo, la llevamos en vasos quebradizos, en vasos de barro o de cristal. Estos fácilmente se rompen al contacto con las aristas del mundo, los asaltos del demonio y las insolencias de la carne. 43

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz