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nuestra vida personal impiden la libre acción de Dios. El sincero arrepentimiento, la enmienda de nuestros pecados, el propósito de superar nuestro egoísmo y nuestra cobardía en la vida cristiana son objetivos primordiales de este Año Santo, que no ha de consistir en actos meramente externos, sino en una profunda renovación interior.» *** B) Las condiciones o requisitos necesarios para ganar el Jubileo con su correspondiente in– dulgencia plenaria, de no haber normas más con– cretas en cada diócesis, son los establecidos por el Papa Pablo VI en «La nueva Disciplina sobre las Indulgencias», promulgada en el año 1967. La Norma 7 dice: «Para ganar la indulgencia plenaria se requiere: la ejecución de la obra enri– quecida con la indulgencia y el cumplimiento de las tres condiciones siguientes: la confesión sacra– mental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Romano Pontífice. Se requiere, además, que se excluya todo afecto al pecado, in– cluso venial.» La Norma 16 concreta: «La obra prescrita para ganar la indulgencia plenaria adscrita a una iglesia u oratorio es una visita piadosa a éstos, en la que se recitan la oración dominical y el símbolo de la fe (Padrenuestro y Credo).» Un reciente decreto de la Penitenciaría Apos– tólica establece cuáles son las obras espirituales necesarias para lograr el «don de la indulgencia» 110