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BU vida! Con ra:?'ión observa Oelano: «Todo ein él, tanto. sus obras· ,como sus palabras, respira ail~o de fragancia divina» ~ 6 • ¿Estamos también nosotms realmente fami– liarizados con el genuino e,spíritu de Francis,qo com.O··Ondea. en tantas hermoS1a,s·.bíografías suyas •y· en ta,nta literatura genuinamente fr:ancisca– na? Busquemos, pues, conti.nuamente nuestro alimento ,espiritual •en primer lugar en }a buena literatura ascética de nuestra Orden. Aidelllás. en la práctica, por ejemplo, ,en materil;J, de ¡p0ibrez.:¡t, preguntémonos· con frecue,ncia: .i ¿Cómo obraría pwbabl,emente mi seráfico Peadre en esta si,tul:l,- ,,' '". ,,', '· •', ción? Una sinoera respuesta:;ª· est~ ,,:pregun~lln'n,8S hará. frecuentemente ,encontrar, lo;.justo, ¡N¡q,ol– videmos que no somos unos religiOSOJ$ ,cua:I:¿~q1!1~– ra; sino hijos die S.ain Franciscq,, y, por :cqn~– gui,e;nte, que· nuestros id:ea,l~s ,q,eb~n;~er los, ide,i¡i– les franciscanos, . segµn anas palaq:ras ·de •San Pio X .,en una, imitación más -estrecha del Padre S:an Francisco» ?'l. · · .• ..· ·· ' ' · · :Debemos también persu~irnos. que ,,,solamente cumpliremos la misión espe,cial .. y proy.i,p.,encial de San Francisco en ,los sig1Qs yenide,pos, ,en, tan– to. que Jo ofrezcamos repmdl:lClcto ,en nosotr;os .a nuestra época, que ,precisamente ha sid0 d,e– signa:da como «1la hora ct,e San ·Francisco» (R. Schne:iJderJ 28 • A eso inos hemos obligado por la.profesión en su Orden, en .la,Qrde:n, ,Capuchi– na. Paternalmente serio 1amonesta el Santo Pa– dre Pío XII: «Lejos de vosotros ,esté el expr,esar eI amor a vuestro J>a;d,re con mucha,s .palabras. Si Je amáis de verd'ad .seguid sus instruccione~, .seguid sus pisadas, moveos por, ,e,Ir soplo de ,su fuerte espíritu» 29 _ · · --78-

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