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a) . :El Salvador mtanif<estó terminantemente: «Todo. aquel que dejare casas, hermanos o her– manas, o ,padr 1 e O madre,o hijos, o campos por amor de mi nombre recibirá ,el céntuplo y he,re– dará 1a vtcla eterna» (Mt., .19, 29). El céntuplo ya 'en este mundo. píen ye9e,s más de lo ,que pue– den ser o 1d!e 10 ,que nos pueden dar una posesión terrena, .unos hombres am¡i¡bles y bondadosos. La obediencia nos da la ,consoladora .certeza de ghe en todo momento y en tbdas lais cosas cmm.:. plim.os 1con. la voluntad santísima de Dios,· b pÓbr,e:l'la, la seguridad, de. :un hijo 1en brazos d:cl cuidado paternal de Pi.os,. y la castidad, la bi,e11 7 aventuranza. de un trato espe,cialmente intimo y de. una visión parttcular de 01.()s ,que sólo es po.:. sible a fas 1almas pmas (Mt., t. &). .Añádase. a esto ,la di,cha de una gran ~•rnuniidad familiar espiri:tual. r¿:N'o ,l)iemos ,experimentado ya en su abundancia este, "céntuplo, y tanto más cuanto más en ,serio tomamos nuestros santos votos? . . b} "¡Yademás de todo esto la vida eterna.t<La vidru ,eterna, esto es, fa: íntima participa!Ción de la ví1da gloriosa de la .Trinid 1 ad, el último fin de esta vida terrenal, el galardón de todos los tra– bajos de este mundo, ,e1 premio de la victoria de todas las luchas terr,est11es. Y se nos da fa vida eterna en una profil.rididady abundlancia ,como corr.esponde a la -y;ecindad de Cristo ,en 1e,ste mun– do. Mora compr 1 endemos por qM el sacerdote, ,que recibió nuestra profesión, nos llamaba la atención expriesamente sobre .es:to últimd y más grande: «Yyo, ,eh nombré d€ Dios, si observas es– tas cosas; te ,prometo la vidá ,eterna,» Viendade– ramente· grándés cosas hemos prometido, pero mayores son las que nos han sido prometidas; - 72-

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