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capuchinos, d,el mi,smo modo ,que ,el uniforme militar rupremda a los soldados a pÓrtarse como soldados. El hábito tiene yi.rtud foirmativa. Con su mal aspecto ry aspereza, -que nada tienei de vano y''osteintoso, que casi por igual nos expone a las fatigas 1d!e1 ,calor que a las del fiíó, a las de 1,a humedad lo mismo ,qrie a las del polvo, nos impu'lsa a un comportamiento humi1ld,e y a muchos sa,crificios. ¡Lle-vemos, pues, siempr:e con santo ,amor y alegria, como cruz d-e Cristo, este bendi 1 to hábito religioso cuy~ recepción noo alegró tanto en otro ti,empo! No lo quitemos sin Verdadera necesidad; · aprobad.a por .los superiores, y ,én ,este caso to-' memos como ejemplo no las gerités d•encadas: y adm1daladas del mundo, sino las sencillas y mo-– destas. ¿Hay al,go más désc-oncertante ,que fa paradoja de un hijo de S,~ Franéiscó mundano? Esf,or,cémonos también ,en ,se,i· realmente y cada vez más lo que indica y nos débe ,ensefiar ·nues– tro hábito, a saber: muertos al niundo, modestos; sencillos y mortificados capÚ,chinós. ·' ., ,,, PUNTO 2. 0 : VIVIR SOLO PA_RA :I?IOS .··· Co_NSIJllERÁcróN.-Nüestro hábito, según la i:ri– tención d!e nuestro Padre: no sólo debe ser expre– sión visible de nuestra absoluta renun,cia• al mun– do, sino que al .indsmo tiempo debe manifestar a todos nuestra total entrega a Cristo y ,en él a Dios. Por ,esto ti,en,e también forma de cruz. Nuestro ,crucif,órme hábito ,es en· cie,rto modo u:nia insignia del Pios-Réf y nos ,caraicterfaa ba,mo hombres al .servicio de dii~to, del Crucificado, como caballeros de Cli.sto: Que. núe:stro P.ad :r,é'San - 1 60-