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gunta Cristo.: «¿Quién puede premiarte me,jor: el siervo o el señor?» 7 • No olvidemos· tampoco que, ,como ver1daderos disc:tpulos de Cristo, y con mayor razón corno capuchinos y sacerdotes, no podemos descuida,· lo noble humano, sino ,que ,conísci,entemente de– bemos tener interés por úna honesta alegría y sociabiliidad, por un e:xiquisito ta,cto y cortesía, por M, bondad y afabilidad. Una pie1dad lúgUibre, regañona repulsiva, seria 'absolutamente ajena al ,espírit~ die Cristo, al ,espí,ritu del amable santo de Así,s. Esto tiene particular importancia en un mundo en •el que la virtud cristiana y sacerdotal frecuentemente ya no tiene ningún ,crédito si no se re,comi1enda al mi,smo tiempo por ,1a nobleza del ,carálcter. Sólo ,en unión con ésta tiene una fuerza podero:sa rde propaganda. PETLCIONEs.----,1Qon la lgle,si.a rindo homenaje al Dios-Rey poderoso y bond:a,doso: «Alaba, tierra ente,ra, a Dios; ,c,antad himnos a su nombr1e,; todos los que teméis a Dios venid y oíd, y os con.:. taré ·cuán grandes cosas ha he,cho el Señor en mi alma, aleluya» (Ofert.). ¡:E!azme, S,eñor, mag.:. nánimo y generoso en tu servido, :pe,ro también hazme un hombre nobl,e y ,amable, al que tam– bién el mundo por lo menos respete ! -- 56

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