BCCCAP00000000000000000001350

fuerza de prnpagarnd 1 a aún mayor. Vivimos nu,es– tro mundo, sobre todo en apostolado ftartd&ca:n.o, de capuchinos pobtés, humildes, mortificados, Ueno,s die amor de Ddos y ;del prójimo, interior:.. mente felices y exte,riormen:te alégl'és; él puede entusiasmar hoy también ,a los jóvenes. Nóer.ea– mos ,que podemos hacer conquistas con con,cesio– nes al espíritu del mundo. Serian triste.s ,con– quistas, contraproduoentes para la Ordfh. <<Quie– nes de arriba llamados pór Dios desean abrazlar el estado religioso, no buscan ciertamente urr:a Orden en la que haya decatdo e:t<fervoir y sus miembros estén ociosos» 26 • P,r,e,cisamente:1a ju– v,entud busca ansiósamenté un idealqueímpolri– ga respeto y ;cuya consecuenciá ,exija .algo· d,e :él. En las épocas de observancia religiosa nó falta'– ron jóvenes aspirantes aun de las clases más ele– vadas. Una provincia que mantenga ,en alto el ideal de la Orden no puede perecer; pero pro– bableínente morirá aqu,ena en .. la que:e1 ,espíritu; de la Orden se muestra agonizante.<, e) Por último, todo ,eI trabájo propagandís– tico dehe ser fecundaido pdr la oración, qüé ,es una caJlad-á, pero fortisima ptopagandá. Lá voca'– ción religiosa e.s y petma:nece siendo urla magna gracia divina, y por ello exhorta el SaJ::vaclor: «Rogad al dueño de la mies que envie obreros a su mies» CM:t., 9, 38). Probablemente, en la ma– yoría de nuestras provincias se pide diariamente, en común, una buena g,eneración nueva para la Orden. Es el mmimo esfuer:zo en este gran deseo de la Orden 21. APLICAc:ioóN:-¿Cómo hemos nosotros utilizado hasta aihora los medios de propaganda puestos en nuestras manos? Por ellos somos «colabora– dores de Di,os» (II Cor., 6, J)_ en una de las más _, 49 -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz