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nación sensible. Sin embargo, por esto sólo no hay ,que tenerla ,en poco, sobre todo cuando tie– ne S'li origen en 1a naturale:,m y ,en la Gracia. Gusto y amor realizan la total entrega y alige– ran la realización de la vocación, a semejanza d.e1 viento ,cuando hinche las velas ,de la nave. «Oorre,ré por el camino de tus mandamientos cuando Tú ,dilatares mi corazón» (Salh),., 1_18, 3'2). APLICACIÓN._,El examen del carácter y cos– tumbres de los ,candidatos a la Orden es de gran responsabiUdad para aquellos a qut,en,es está en– comendado; sobre . todo para 1'os ,educador,e,s y confesores. Riesponsabil:idad ante Dios} ante la Orden y ante los j,óvenes mismos, pero que tam– bién supone por parte de estos últimos ,el deber de una sinceridad absoluta. Esta responsabilidad perdura más a;llá del no– viciado. como ,el primer idealismo de la voca– ción, así también la idoneidad moral y 1de ,earác– tert' existen~e al ingrnso debe ser conservada y -en cierto '!:'nodo adquirirla siempre de nuevo y con ello consolidarse y a,crecentarse. Pu,ede tam– bién, por culpa de Ios super,ior,es, educadores y conf,esores y de parte del propio individuo por las conti:nuws faltas y. por el abandono de la_lucha contra sí mismo y del trabajo en su perfecciona– m~ento; atrofiarse cada vez más y por fin per– ders,e enteramente. E.sito significa una pérdida ·pr,ogresiva de la gracia de la voca,ción, que lleva también siempre consigo una disminución de la a1'egría de l 1 a vocaci,ón y hasta puede llevar a la separaición o despedida de la Orden, A todos nos– otros . va dirigida la exhortac~ón del Apóstol: «H,ermanos, procuraq. ,::µhincadamente asegurar vuestra vocación y. elección por medio de bue– nas obras» (2 Pedr. i; 10) por una creciente fide-, -42-