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franciscana. «Encargamos a los predicadores que procuren con todo cuidado grabar en sus corazo– nes al bendito Jesús y darle pacífica posesión de sí propios, para ,que, por la redundancia de amor, sea El quien les haga hablar, a imitación del apóstol San Pablo, vaso de elección y Doctor de 1as gentes, el cual predicaba no con palabras sublimes ni ,elocuencia humana, sino con virtud del Espíritu S,anto» (205). También -aquí nues– tros hermanos legos tienen una gran labor apos– tóUca. Con su sencillo quehacer del día de tra– bajo, con su continuo .trato con Dios ,en la ora– ción y con el Salvador en el tabernáculo, dan a sus palabras ocasionales no sólo la senciUez e intimidad con Dios que, con frecuenciá, tan con– movedora es para las gentes, sino que ayudan también a ,crear ,esta atmósfera .en el convento. <<Los Padres que se esfuerzan en el trabajo pas– toral, que muchas :veces sufren penosamente, porque fuera muy fácilmente ry muy a menudo pierden ,el fervor de la oración y el recogimiento, se acogen de nuevo con gusto a la vecindad de un hermano absorto en Dios e interior, que di,;. funde en el convento una atmósfera santa tan d,evota y piadosa como un venerado santua– rio» 26 • PET!CIONEs.-¡Humilde y Seráfico Padre San Francisco! Dame y da a todos mis cohermanos una participación en tu amor apasionado y en tu humildad. ¡,A.y:údanos, como verdaderos dis– cípulos del Crucificado,a encender con .sencillas palabras un santo ardor ,en las almas!