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mero, referídmelo todo y yo os otorgaré gracias más importantes y os encargaré con seguridad cosas mayores» 10 • Con esto se. laes prometía, en caso de la confirmación ,en la predicación moral, también la autorización para la predicación dog– mática. No sabemos cuándo se dió de hecho, pero el ,establecimiento del apostolado entre infieles pocos años después del viaje a Roma, la presu– pone como ,ya dada, y la Rggla de • 1221 da .. ins,.. trucciones particulares a los misioneros par.a. . la predicación de las verdades de la fe 11 • También entre los pueblos cri,stianos fu~ des-– tacándose cada vez más.la . pre6icación.dogmá– tica ,en el apostolaoo franeisca:no; pues la defi– ci,ente formación del ,clero la hada necesaria. Ya en 1219 Honorio IH dice de Jos Frailes Me– nores: «Siembran en sus correrías la palabra divina a ejemplo de los ,Apóstoles» 12 • Y viviendo aún nuestro :Padre, San Antonio de Padua .des,– arrolla una brillante ractividad como predica– dor moral y dogmático. P,ero por esto no olvidaron nunca los Frail~s Menores su vocación de predicadores de ,fl~ni,- ,. tencia y, cuando no hablaban a here}es o m– fieles, preferían si,empre la predicación moral aunque profundizada por, medio d•el dogma, y aun en las predicaciones dogmáttcas propia– mente dichas conservaban siempre una fuerte orientación a la vida práctica, pues ne<> sólo que-– rían instruir, sino tamoién edificar y elevar, conmover y convertir. Esta característica ,eminentemente práctica de la predicación les dió, en general, desde· un principio ,su popularidad. Este hecho htstóricb lo estable.ció después para siempre la legislación de la Orden. - 32.8 __,

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