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ti-empo llegaron a la perfección» (Sab., 4, 13). Pero ¿no serán los primeros algún día muchas gentes del mundo que han correspondido con mayor fidelidad que nosotros a 1,a medida de la gracia, mientras que nosotros tendremos que estar en el último lugar? A cada uno de nos– otros importa, pues, coope,1;ar fielmente a la gracia recibida y luego confesar con toda hu– mildad: «S,omos siervos inútnes; lo ,que teníamos g_ue hacer, es:o hicimos,» (l:.,c., 17, 10). - PETICIONES.--JCOn las palabras de la Iglesia re.: nuevo hoy mi aisposición para la lueha .y par.a el trabajo: «Te amo, oh Señor, fortaleza mía, mi apoyo, mi refugio, mi libertádor» (Intr.). En Ta Comunión, que es prenda y arras de 1a corona de la victoria, supUquemos humildemente: «Haz resplandecer sobre tu sierv,o tu rostro y sálvame por tu misericordia; que no sea, Señor, confun– dido, pues te invoco» (Com.). ~ 275-