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humano, la duración y molestia. del trabajo. Este es una ,obligación para todos. Lo decisivo en primero y :último lugar es la libre benevolencia y graeia de Dios, a la que .cada uno debe. co, rr--esponder por medio ·de una fiel cooperación. La recompensa del cielo es en último término sólo una re-compensa de la gI'lacia. ,A:PLICAcróN.-.La parábola de los obreros envia– dos a 1a yifia forma parte de la respuesta de Jesús a las confiadas pala,bras d-el Apóstol San J;>edro: «Nosotros lo hemos deja.ido todo .y te hemos seguido, ¿qué habrá, pues, para nos;. otros?» CMJ;;, 19, 27). El Salvador r.esponde ·:en primer dugar alentando: «Uh trono,en el reino de :Dios, y• -asi a todas los que sigan ,el mismo oamino.» Pero después añade estas· graves. pa,;. labras: «Y _muchos ~eros serán postreros_ y los· postreros primeros» (Mt., 19; 30), Como ex– pltcac~ón de estas palabras s1g.ie la pará·bola ,de los obreros enviados a la viña, y ,en la conclu– sión se repite:· «,Así los postreros .serán los .pri– meros y los primeros postreros» (v. 16),. · ;Esta relación ,nos indica la importancia ,prálé– tióa que tiene también :para• nosotros la gran verdad expresada en la parábola. Nosotros po– demos ,como capuchinos repetir 10 dicho por San J?edro: «;Nosotros. 1 10 hemos dejado todo y te hemos seguido, hemos ingresado a .triaba,jar en la vifia «muy de mafiana», .en la flor de la edad, y durante decenas de añ.os «hemos llevado el peso del dia y lde'l ,caJ.or.>; pero todo esto no nos auto– riza a un alarde fa.ri> b:a.ico de trabajos. y méritgs: ;Nuestra :vocación fué. una gracia d•e Dios y ;era un deber nuestra fidelidad. a esta vocación.Una grada de'Dios es el premio que 1 esperamos, como muchos de nuestros ,cohermanos que 1«en poco - 2174 -

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