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PUNTO 2.º: iA T.R,AB,AJAR! CoNSIDERACIÓN.-a) La exhortación de la Epís– tola se repite en ,el Evangelio, aunque con otra imagen, ,en la parábola ·de los,.obreros enviados a la viña ovrt., 20, 1-16). Trabajar y Juc} J.ar significa lo. mismo. No me– nos que ci:pco yec,es sale el :uno a contratar obreros para su viña: muy de mañana, a las nueve, a las doce, a las tres de la tarde, y, por último, todavía otra vez una hora antes de .ter– minar el día. ¡Cómo nos recue:rida esto Ja urgencia absoluta del trabajo por el reino de Dios! Dios no se cansa de contratar .obreros. Desde la primera hasta la últtma, en todas las horas ~e. oye su invitaición: ¡Id a mi viña! .«Y si alguno hasta ahora se ha retardado culpablemente, nunca es demasia,do tarde.mientras aún es de.día. Al menos puede y debe todavia emplear, lo que Je quede de vida, en ,el serio .trabajo por e•l reino de Dios, que es el objeto de la vida presente: Va .en ello la eterna recompensa del cielo con ,que el mayor– domo paga «al atardecer» a cada uno de los obreros. . b) . Pero el Salvador expresa ,en su parábola un nu,evo pensamiento. El amo ordena pagar un denario como recompensa a los últimamente contratados, ,que sólo han trabajado una hora, y ésta en el fresco del •atarde.cer, Jo mismo .que a los contratados muy de mafiana, que '«han lle– vado ,el pe•so del día y del calor» y con 'los cuales se había convenido en un. ,denario. En la paga del salario del ci,elo no se atiende a }as leyes del salario de la tierra. La medida del mayor. o menor salario no ~s en primer lugar e1 esfuerzo -273 -

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