BCCCAP00000000000000000001350

todos por entero, pero ,es'tamos al menos, los suibordinaidos, ,exentos de las preocup,aciOtlles te– rrenas. Los religiosos tienen, iaunque modesto, su hogar cohforrtable; se les da su vestido según la neoesidad; su mesa está diaria:mente asegurada; de su instrucción se encarga la Orden, general– mente respondiendo a sus aptitudes e: inclina– ciones, y no necesitan preocuparse de una colo– cadón conv,eniente, ya que su porvenir, al menos en tiempos normales, está asegurado.· ¿No hace posible veal:mente todo esto a los religiosos una · entrega sin reserva a su santa vocación y a sus elevadas obligaciones como no seria posible en el mundo· ni tampoco en la vida solitaria? Sin embargo, no se agotan aun con esto las bendi– ciooes de la vida de comunidad. PUNTO 2.º: LA CQM:UNIDAD PROTEGE Y FAVORECE NUF.S'PR,A ,ASPIRAClON A LA PERFIDOCION CONSIDERACIÓN-a) La comunidadc0nV'entual exige un orden 1que· regu'la.rice prudentemente todas las cosas: oración, trabajo y descanso. Aho– ra bien : este orden importa ya como tal una de-'– f,ensa y un estímulo para los individuos y actúa conservando y aumentando las fuerzas. Nada ne– cesario deja de hacerse. Todo-- tiene su tiempo oportuno y su. justa medida, todo se aligera. El orden apoya y lleva. Es una escuela permanente de dominio de sí mismo. Es vieja filosofía prác– ttca 'la expresión de San·Agustin y de San- Ber– nardo: «Guarda el mden y eI or,den te guardará.~ b) Además, la comunidad ofrece auxi'lios· es- - 27 -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz