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otorgado la divina piedad, concedióme esta gra..– cia; que con .la misma prontitud obedeciera 1a1 novicio,de una hora, si se me die,')e·por guard:ián; que a cuál,quiera otro muchísimo más ant1guo S discreto. Porcfue el;súbdito no 0 debe ver -cri •su Prela,do a un nombre, sino a Aquel po~· cuyo amor se ha. sujetado» 7 • Con la pobreza fué también la obediencia el mayor consuelo de nuestro Padre' en 1a hora' de la mwerte. cuando su guardián . le dijo: · «Por mañaato·de santa obediencia quiero~que aéeptoo de mí' este háfüto, los pafios menotes y el caH pueho~ gózase ,el Santa y llénáse de Tu'!e.grtá sU: eora:zón»:ii, porque recómJeé'; no sólo· l<qu:e ha;sta el fin ha conservado la fidelidad a su señora la Pobn~za», sino también porque conforirre a su Maestro 4ha~sidó obediente hasta ,la muerte». 'PUNTO 2.º: EDUCACION •CONBECUENT~ CóN''SIDERACíóN• ....:.(;on· ún ejercicio tal"l -·heroico dé 1a óbedienciu; no hay ·-que esper'.ir sino ('\Ue Francisco se· numera esforzado pór ed:ucar tam"-' bi~n · a sus ftáiles en ·la verdadera ohea.f.encia. Pór esé> "en sus instrucciones 1l amonestaciones paterna.aes encontramos su prúp10·· y profundo espíritu ,de obedi-éncia. ·a) :Con ·Ja;;tmagen de.:un·cad:áV'eriexplicaba ac•ertadamente la '.absoluta falta dé voluntad que debe' tener· el: verdadero :obediente r en· manos de sus .superiores.>~Toma>un· cadáver y ,eol~alo dono.e ,'te piaz,e:;i,. ·· Y~iis qutt: n.o le· repugna .seT: movi-0,o, ni,murmwra de•la iposición 'Ili redania porque •~e Je ·abandone. Si se le- coloca.· en sitio elevado, no mira hacia arriba,· sino, hacia abajo,; - 243-