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diversas facultades de nuestra alma: nuestro pensar y juzgar, querer y aspirar, hablar y obrar? ¿La divina levadura de la sagrada Eu– caristía que todas las mañanas se deposita en nuestra alma, produce en ella al menos una progresiva fermentación? Si no es así, si des– pués de muc;nos aíí.os de religiosos y. sacerdotes somos aún .Lbs.:rru:~mos, ,ento,uces •es posible gue la culpa Séa' sólo· núestra. tJ:nicamente por el concur..so .de las fµerzas. d,e la.J,evadura y de la hai;:;na se.;l~gr.a í.:¡¡, ,rµM;..;,iJ,e.paji sabrosa y apeti".' t<>sa. PETICIONEs.--,:,,De;nuevo J10y con cla Iglesia· ,enc– salzo a Cristo, :ar Dios+Rey, que e~ su maj,estad ha aparecido entre nl:}sOtro.s.J'{<EI señor es: rey. ¡,Alégrate/ oh •tierra\T~ '(IIiJf::y •Ot) ..·«r.. a; füestra dei Señor há hecho ptoézai, la itiestra d~l ªeñor me ha ,ensalzado» (t>i':). .. . . Cristo debe reinar siempr.e en mi alma. Hu– mildemente pido hoy con la Iglesia: «Te roga– mos, oh Señor, que esta oblación nos purifique y,re1rneye,nos gobjer11e y prot,eja» ~.Secre.t.)...