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volüntad esttt debilitada e inclinada a lo malo, muf complaciente con ,el apetito inferior. En la, sagrada comunión nuestra alma es si,em– pré más atravé.sada por 1Os rayos de la luz di– vina y hecha ascua por el divino amor, Vemos cada vez más la futilidad de los placeres sen– suales y el gran yalor de la castidad consagrada a. Dios y con ello disminuye el deseo de los :pla– ceres carnales, «El que \•tene a :M:í no tendr~ ya más hitmbre.> (J11., 6, . 3 1 5). Pero sobre todo, ,el creci,ente amor. de Cristo nos capacita para Sll– bordinar a Gr~sto ,con alegría la vida anim~l, a guai;, g.ar a Cristo. una fidelidad de esposa~ Así Ja sacratísima .Eµcaristía es en verdad «•el trigo que .nutr•e a los wancebos y el vino que•.nut!'e a las :ctonceJla,S:> (Zac.; 9, J'.7). APLICAGIÓN.~Es, pues, profundamente· signifi– cativo qu,e en nuestva soledad conventual ten– gamos junto a riosotMs al Salvádor, Solamente El nos hace posible la soledad humana y le da un contenido hondamente bienhechor.• · .Pero, ciertamente, el .sacrincio ·· y la comunión eucarísticos no obran sin contar ,con nosotros, no nos dispensan de la mortificación y de la vigilancia, sino que nos dan fuerza para ello. Son un diario ofr,e.cimiento de gracias ,que nos– otros r•ecibimos Con la mano extendida, supli– cante, y que debemos hacer fecundas durante el ..día de. trabajo. «~o recibamos ,en vano la gracia de Dios> (II Cor., 6, 1). PETIGIONEs.-con agradecido 'Y gozoso conven– cimi-ento de nuestra ri,queza eucarística digamos con la «Imitación de Cristo»: «Ea, hermanos, vamos juntos, Jesús estará con nosotros. Por.Je-