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fin, de allí corre la fuerza a ella prometida y e1 poderla conservar durante toda una vida, a saber, de Cristo en la Eucaristía del cual es imitación y desposorio. PUNTO l.º: E¡[, SOLE'.MNE SACRIFICIO EUCARIS~J;CO, LL¡\MADA AL :PROPIO SAC:RIFIClO CóNSIDERACIÓN.'-'a) .Antes que el.obfspo en el altar de la ordenación transmitiera la potestad del· sacrificio, nos dijo estas trascendentes pa– labras: . «Agnos,cite' qúod agitis ! Imitamini. qüod trnctatis !... ¡ ,Reconooed· 1o que .hácéis ! ¡ Imitad lo que.hacé-is! Conmemoráis ciertamente el mis– terio de la mu,erte del Señor. Sed por eso. cui– dadosos .de. mortificar en vuestros miembros t_o– dós los vicios y apetitos».. El obispo quería decir: Pensad que en adelante diariamente sois sa,cer– dotes y ,que con vuestro ministerio r,enováis mís– ticamente la muerte del s,eñor. Esforzaos, pues, también por ser diariamente una ofrenda con Cristo. Pero yuestFo sacrificio sea, ante todo, la mortificación de todo a,queUo que, según las pa– labras del Apóstol, .«es terreno ,en vuestros. miem.,. bros, a saber, la fornicación, la impureza, la li– viandad, la concupi.scencia» (Col., 3, 5). Poned todJas las mañanas al laido de la carne y sangre virginales de Cristo el sacrificio de la virgini– dad consagrada, a Dios, b) Esta ,exhortación del .obispo es también para todos aquellos que, en el .ejer,cicio de su sacerdocio laico recibido .én ,el santo bautismo celebran con nosotros el santo sacrifíció. sÜ colaboración debe extenderse no sólo a la con- - 216 -

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