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Esta respetuosa distancia debe ir siempre uni– da a· Ja dignidad de modales.· SerLa un gran error pensar que una descortesia, hasta quizá una grosería, en ·palabras y maneras de proceder frenté a la mujer, son una exig,encia, un estím11- ló o una def,ensa de Ia castidad. Tal. ,enemistad con las mujeres simulada e interiormente fal– sa, cae muy fácilmente én el ,extremo contrario. AdemáS, tratamientos indiscretos y modales,.des.,. cortes:es despiertan a menudo en las almas fe;.., nieninas disgusto y encono y dificultan no poco su dirección sacerdotal.. · Un tratamiento radicado ,en un fiel respeto dié ninguna 1náriera estorba, antes bi,en, favore– ce la amabilidad, bondad y caridad; .que preci– samente a nosotros hijos de Francisco ,ta:n bien nos ,convienen y a las que también la mujer tiene· derecho y ·de las ·que como «natural cru., ciferá» tan a menudo nec.esita. l<'i:halmente, co.íi un respetuoso retraimiento es :muy ,compatible un sfocero ·agradecimiento por los beneficios recibidos y por los ·servidos prestados. Son ;precisamente las .muj'eres ¡casi siempre núestrás más desintereadas .ayudas y nuestras colaboradoras ,en las misiones, ·,obras seráficas de caridad, obra s,eráfica de misas, y otras obras para el cuidado de las almas. APLICACIÓN Y PETICIONES.~1egún esto, vuelta la vista a nuestro Padre San Francisco; exami ... nemos nuestras relaciones con el mundo feme– nino. Pidamos á fa '{:itimera entre las muJeres, a nuestra ··amada S,eñota, de la que desciende· un rayo glorioso y digno" de·. r,espeto sobre' cadla ·. tina dé· las muj,etes, qU:e Ella nos haga encontrm· ea justo trato con sus hermanas ' 3 ' 1 • - 214 -

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