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bienaventurada nuestra soledad, debe procurar que no llegue a ser una soledad y vacío en el que tengamos ,que ir a buscar el mundo. antes bien, una opulencia y riquepa interior de la que podamos dar al mundo, una perfección vital :en Dios y ,por Dios. PETICIONES.-¡ Padre mío San Francisco!, haz que también encuentre para mí y para las al– mas todas las cosas en Cristo. Que en verdad pueda repetir contigo: ¡Mi Dios y mi todo! - 201-