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na 33 • Por eso pedía siempre «pór amor de Dios» 3 4, y a la mesa de los ricos comía con san– ta alegría trocitos de ,pan mendigados y hasta los repartía entre los distinguidos comensales 3 5 _ Por eso estaba loco de contento cuando oía a sus frailes salir a pedir limosna llenos de ale– gría 316 • Acostumbraba decirles: «Os aseguro que muchos noblies y sabios se unirán a nuestra Congregación y tendrán como honor especi:al el ir a mendigar. Así vosotros, que sois sus primi– cias, gozaos y alegraos y no queráis renunciar a aque}las cosas que vosotros enseñaréis a dicho~ santos para que las practiquen» 37 • Finalmente, por eso escribe en su Regla definitiva: «Los frailes sirviendo al Señor en pobreza y humil– dad vayan por la limosna confiadamente; ni dieben ·avergonzarse, porque el Señor se h:i)zo pobre por nosotros en este mundo. Esta es áque– lla eminencia de la 1 altísima ;pobreza· que he instituido a vnsotros, carísimos hermanos míos, herederos y reyes de'1 reino de los cielos, os ha hecho. pobres de cosas temporales y os ha ,en– salzado en virtúdes» (c. 6). APLICACióN:-¡Qué visión tan profunda de la pobreza voluntaria! Precisamente, al hacerse palpable por medio de la. mendicación, ,es una excelsa nobleza divina. ¿Es ésta también nues– tra visión? ¿No·nos avergonzamos algunas veces de ser capuchinos pobres,· cuando, tal vez de gentes humildes, tenemos que aceptar con ,gra– titud una modesta limosna a nosotros 'ofrecida, o . pedirla humildemente? Tengamos siempre presentes las hermosas palabras que nuestro hu– milde Padre pronunció ante el Cardenal Hugo– lino: «Yo tengo como dignidad real y nobleza insigne el seguir a aquel· Señor que, siendo rico, __, 173 -

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