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mesa del Señor pidiendo la limosna de puerta en puerta». Este comer «a la mesa del Señor» es para nosotros un honroso privHegio, pe,ro lleva también una santa responsabilidad. PUNTO 1. 0 :. HONROSOJ'RIVILEGIO CONSIDERACIÓN,_,a) Francisco queria, C O m O nos ha ctiemostrado la última meditadón, que por el trabajo adquiriéramos del mundo derecho equitativo a su caridad, pero sólo permitió .re– currir a esta caridad cuando 1«,la necesidad' a· eno nos obliga» 21 , esto es, cuando espontáneamente no se nos dé la. limosna necesaria. Sin embargo, :hi ·en ,el recibir ni menos en el pedir la limosna vió algo dieshon~oso,;,Pu~s prEocis,a11,wnfo esto úl– timo lo consideraba· como ,1.J.n privilegio de ,los pobres dr C;jsto. .,Eri la. Regla rio . confirmada es,cribió estas hermosas palahrfl&: «La limosna es herencia y justicia que se debe a ios pobres, la cua;l nos ruc:Lquirió Nuestro Señor Jesucristo» " 2 • Con ello ,quería decir que si nos hacemos volun- , tariamente pobres, entonces tenemos también con Cristo y por Cristo un es 1 pecia.l d,erecho al amoroso ,cuidado de su Padre y nuestro Padre del cielo, que se· manifiesta particularmente por me– dio. de las almas buenas que por amor de Dios nos ofrecen lo necesario para la vida. Por ,con– siguiente, de los que viven de las -limosnas ofre– cidas por amor de Dios se dice en verdad que comen ,a~·· lado del Hijo de Dios «en la mesa del Señor». b) Por eso precisamente nuestro santo Padre era f•elicísimo en su pobreza cuando ella po– cMa reconocerle ,como pobr,e en el pedir limos- - 172 -