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r de los seglares (40). Humildes y de pobre aspec- to, pero duraderos y p¡.-áctkos, deben ser nues– tros conventos con todas sus dependencias e ins– talaciones ( 101, 106); sencillas,_ pero devotas, de– centes y limpísimas, nuestras iglesias (102); pe... queñas y cómodas las sacristías; sin lujo, pero muy aseados y limpios todos los ornamentos, vasos sagrados y übros litúrgicos (103, 104, 105). <<No deben los Frai'les Menores, ,por complacer a 1os señores del mundo, ofender a Dios, quebran– tar la Regla, escandalizar al prójimo y violar al mismo tiempo la evangélica y prometida pobreza. Muy ,grande diferencia debe existir entre los grandes palacios iy las pequeñas casas de los po– bres, me n di ,e antes, peregrinos. y peniten– tes» (101). APLICACIÓN.-¡Amemos y conservemos, tanto Superiores como súbditos, la sencillez francis– cana, la sencillez capuchina! Ella, con la lim– pieza, ,es el más hermosu a,,Llorno de nuestras igl,c.. sías, de nuestros ,conventos, de nuestras celdas y de todo nuestro inventario 26 • ,Agrada a Dios y nos asegura su bendición. Edifi:ca al mundo, aun al mundo actual, y nos asegura su afecto y su confianza. Tengamos ,el va1or de re.chazar como no franciscano, lo mismo que todo lo superfluo, así también todo lo ,que se nos ofre,1:ca como sun– tuoso y precioso. Con ello servimos a la Orden y al mundo. ¿Podría nuestro santo Padre ver nuestra celda y todo lo que nosotros usamos? ¿No temeríamos su censura? PETICIONES.-íPadre mío San Francisco, tam– bién contigo oro yo: ¡Señor Jesús, muéstrame ·el camino de tu pobreza! De todo corazón deseo que esta pobreza se,a ,eterna propiedad mía y de - 163 -

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