BCCCAP00000000000000000001350

acostumbrarnos a soportar, a e}emplo de Cristo, la carencia de cosas temporales (89). 1Cómo ha¡bla 1i~o•;esto· por la conservación de la.e moderación Jranciseana!: ¡Ojalá sea esta tam-.. biéll nuestra preocupación hasta en 'lo mínimo, hasta·. en los artícu,1os. de primera· necesidad o.el uso diario! Y esto especialment-.e en una época en que tantos; que no han prometido pobreza, ti•e:nen·que imponerse muchas mayores privacio– nes y limitaciones que nosotros. No seria fran– ciscano el que nosotr.os fuéramos entone-es muy pi:esuntuosos,o .que murmuráramos o nos quejá– r~os aJ hacerse .se11tir la pobr,eza en 1a cosa · IP,.ás pequeña, : µN" o nos -engañemos con el permiso .de )los S:ÚpeI"iores! J.,as Oo~titucioiies les obligan a )a ... >Qaridad . Y·. ,ia.-. la•. soliciJµd,. •pero,· asimismo re,c-ami.encian encarecidamente a.· los subordina- ,.. " __ .<,,, - : • '.. . <:- ' dos concienzuda moderación: . ( 114}. ¡Que· salga de ~~tros, si,q.Uii:ira una cvez,. una. renuncia vo– l1u;1tária por amor a la pobrez~! Puede uno ca– recer. de muc];la.j"¡ cosas y estar. contento .• pero tru,nbién púetieri . créár~e necesidades y ,¿on el tiempo«adq:uirir~_.de todo .. un poco, de· ta:I ma– nera que at fin necesite un vagón para trasla:– dai'se de 1uiar. Nuestras Constituciones ámo– nestan hermosamente: «Ni queremos ser como at;IÜ•eÚoo ~?,!sos pobres, de quienes dtce San Be,r– run,';d.O que quier,en ser pobres, pero a confüción de, gue no les f•a:lte cosa alguna; antes ,bien, pj:ensen que la po'breza ,evangélica·. y- su perfec– oilf>n consiste princiI?almente en no tener apego a cosa algurui, :terrella~ en usar con mucha mode– ,t~oi~~ de las cosas (le este mundo, casi por fµer.:. z11, . ~peliq:o-s de la necesidad y a gloria ·· de .Dios bendito¡ a quien se debe atribuir todo lo recibido> (89). - - 161 -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz