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reglas ' de la santa pobreza» 20 • «-Ciertamente ---:afirma Oelano-; no permitía, para que una pe'– quefia concesión no abr:tera la ;puerta a cosas sup,etflüas\ que en·'ningún: convento hubiera nl siquiera una vasija si no era imprescindible para. atender a la absoluta y extrema necesidad. Pues es imposible, decía, satisfac,er la necesidad sin':ti1J1e,d•eeer al gusto» 21• A pesar de las conce– siones a los otros, él personailmente continuó en ~. ,JniiSma senci~le~. «Hasta .•su muert~&cribe OelanQ---.., no tuvo,ropa alg~ más que la tú11ica, ~; ~ero~ ,y cloo paños· menores» 2;1•• · .,APLliCAICIÓN. ..;;.;.iUna tal moderadón no es ahora por. eierto un·a", obligación, ,pero· si el· .luminoso idettl, ·que· no.sotros; hijos ·de Francisco, nunca podemos perder de vista. 'Este ideal ,está prese-nte en:,.nuestras Qonstituci<mes, cuando nos previe,– nen ,ceontra,;toda·espe:cie d-e captaición ·de heren– cias; sobre todo~ las visitas a·lose ~fer.m.os (86), contratlt aidmisi<in:,d.e limosnas. superfluas (ibíd.) y,oosasr ta!les que sólo· .sirven a, la comodidad con qneretmun<'lo; por el aprecio ,que ti,ene a nuestro hábito, . nos· halaga· ( 89). iPr~isamente ellas ven e:n•iesto ai ·de1r1onto, en· forma de ·á,rn,gel de luz, EIU~ :quiere,. sin ser notado~ i11trodudr en nues-" tl!'O& eonv~ntos, ·la sup~l'fluid:ad ,y la .~bundan.. eia.:~ 3 ; • Con• •el pensamiento en este ·ideal de la mo,deraición .t:ranciscan-a.:. nos amon~stan a -con~ . tenmrnos con ·unos :pocos pafiuelos {36); a no Uevar,·.sombrero o bonete (39); a no usar man– t~~s-, .sino uno sola servilleta en la mesa (70), a no, : ,d.ar . ID!l.8: eomida que la necesaria ry· ade,cuada a. nuestro ~stado (tbíd.), a no almacenar gran– des,iprovimones (118), a ·no tener~· lo común, aun·en· privado, más que unos pocos libros ne– cesarios 1>ara el desempefio del oficio (211), y a